lunes, diciembre 20, 2010

CON LA COLABORACION ESPECIAL DE (V)

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MARISMA.- Estamos ante uno de esos grupos realmente singular en cuanto a su trayectoria. Unas voces poderosísimas y unas sevillanas preciosas, pero sin embargo más allá del ámbito de los buenos aficioandos a las sevillanas son poco conocidos



Sin embargo, este grupo tiene un importante mérito, que no es otro que el de haber sobrevivido hasta nuestros días, cosa nada fácil ya que este grupo hace su aparición en la década de los 80, lo que quiere decir que lleva cerca de 30 años en activo. Sin duda alguna, el mayor éxito de su carrera, “La lotera”, les ayudó a consolidarse en el panorama de las sevillanas de aquellos prolíficos años,

Una flor “prendía” al pelo
Y un vestido carmesí

Va una lotera gitana
Por el Puente de Triana
Pregonando un quince mil

La suerte llevo en las manos
¿Quién me la quiere comprar?
La mía está en un gitano
Ay gitano,
Que va a ser mi enfermedad

Como éxito también muy destacado de aquellos años, traigo aquí el estribillo de una de sus sevillanas muy conocido, “Tápate”

Toma mi mano
Toma mi alma
Con ellos tápate, tápate
Tu eres mi calor, mi calor
Ay quiéreme.

Sólo por estas dos sevillanas tan grandes, Marisma merece un reconocimiento, y es por ello que aquí se lo presto.

Unas voces extraordinarias con unos registros altísimos y sevillanas muy bonitas. Como ocurre a veces en el mundo de las sevillanas es difícil hacerse idea de por qué un grupo tan extraordinario no tuvo un mayor reconocimiento.. 





REQUIEBROS.- Aquí tenemos un grupo señero. Unas voces realmente diferentes identifican a estos dos hermanos de Almonte que, si no estoy equivocado, fueron los primeros almonteños en aparecer en el mundo de las sevillanas allá por 1.980, pegando desde el primer momento un auténtico pelotazo con una sevillana mítica entre las míticas: “Sevillanas para conquistar”, o quizás Vd. si no es muy aficionado a esto de las sevillanas la conozca mejor si le digo que se trata de “Mírala cara a cara”. Desde entonces, Antonio y José no han parado de sacar discos al mercado, siempre con sevillanas preciosas y siempre con el reconocimiento del público.


Algunas de sus sevillanas:

La niña que está bailando

Luna Rociera

Mujer

Hoy tengo ganas de ti

Requiebros por Sevillanas

Barquero dile a esa niña

Escúcheme Señor Juez

La promesa la he “cumplío”

No olvides que soy tu hermano.

Podría seguir, ya que 30 años a tope dan para mucho. Pero el hecho de que yo ponga aquí un sinfín de títulos no es lo suyo; lo suyo es escuchar a este grupo, que es uno de los grandes, justo justo un escaloncito por debajo, pero de los grandes




EL MANI.- Probablemente El MANI hubiera triunfado igualmente sin “Candela, Candela”, pero lo cierto y verdad es que esta sevillana, que apareció en su segundo trabajo discográfico en 1.989, es la que le lanza al estrellato.

Que bonita está la noche
Con la luz de las candelas

Rompiendo la paz del campo
Con unos cantes por Huelva

Candela, candela
Como ruge la candela
A la luz de las estrellas
Mientras cantan los romeros
Una Salve Rociera

Un exitazo. Una sevillana que por si sola aupa al estrellato a cualquiera; pero como ya hemos visto en otros casos el estrellato hay que mantenerlo, y el Mani ha sabido hacerlo, siendo hoy en día toda una referencia en el cante por sevillanas y probablemente el solista más antiguo de cuantos hay en la actualidad.


José Manuel es natural del pueblo de Gines, donde ya desde niño destacó por su bonita voz, llegando a ser la voz solista en el coro rociero de la localidad. Antes de alcanzar fama lo vi una noche cantando en el Restaurante Los Rosales en Castilleja de la Cuesta, y supe que allí había madera de éxito. Esa madera echó a arder con fuerza con Candela Candela y todavía no se ha apagado, ya que el Mani año tras año saca a pasear por primavera su poderosa voz con nuevas sevillanas, que suelen ser muy del agrado del público.

Ay que te como

Romero santo

Mi camino

Tirititran

Vaya arte

De la feria al rocío

Enamórate de mi

A la media luna

Unas sevillanas son

Cuando José Manuel el Mani no está de gira cantando está en su pueblo, mezclado con sus paisanos. En este hombre de una sencillez extrema el éxito es sólo una circunstancia que ha acompañado a su preciosa voz, pero que en ningún caso puede afectarle en su vanidad ni siquiera un poquito, y para verlo basta darse una vuelta por Gines un día de cada día, tomar un café a la hora del desayuno en la cafetería Niágara, o a mediodía en el Casino Cultural de Pueblo. Si El Mani no está de gira lo verá por allí, departiendo con su gente, sus amigos de toda la vida, sus paisanos.





Bueno, me tomo un pequeño receso para dedicarme íntegramente a la cercana Navidad. Aprovecho para desear desde este último escrito del año 2.011 Felices Fiestas y Feliz entrada de año a mis lectores. Después de los Reyes, más
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martes, noviembre 30, 2010

SE PERDIERON TANTAS COSAS (II)

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LAS CARBONERIAS.- Y también los carboneros. Quizás por ello esto hubiera merecido figurar en profesiones y ocupaciones perdidas. Como su propio nombre indica eran establecimientos donde se vendía carbón; por regla general exclusivamente carbón y derivados como el cisco picón. Tal vez usted se pregunte por qué sólo vendían carbón; pues el asunto es simple: absolutamente todo estaba impregnado del negro polvo que el carbón soltaba, incluido el carbonero, que parecía negro. La carbonería que recuerdo, y a la que iba frecuentemente por carbón y cisco picón estaba en la calle Quirós. Era un local, con puerta de entrada grande; a la entrada había un mostrador al cual no podía uno acercarse so pena de salir tiznado, y detrás del mostrador todo negrura. El carbón y el cisco amontonado, la pequeña pala que le servía al carbonero para coger el carbón del montón al cartucho de papel periódico en que te lo envolvía, el propio carbonero y el polvillo que levantaba cada vez que removía algún montón eran toda una sinfonía enlutada que daba respeto por la negrura.




LAS CATALITICAS.- Está claro que el motivo por el que se perdieron las carbonerías y los carboneros fue porque el gas vino a sustituir al carbón como fuente de calor, tanto en las cocinas para guisar como en toda la casa para proporcionar calor.

Una de las primeras fuentes de calor fueron aquellas estufas catalíticas que hicieron su aparición en los años 60 y que inmediatamente comenzaron a sustituir a los braseros de carbón y cisco. La verdad es que a mi siempre me dieron la sensación de ser muy peligrosas, y realmente lo eran, ya que el fuego podía tocarse con las manos, cosa que era especialmente temible por los niños.

EL PETRÓLEO.- Tengo recuerdos encontrados con esto, ya que me acuerdo de que el petróleo que se vendía por litros para uso industrial también lo compraba en la calle Quirós, en un local contiguo a la carbonería de la que hablé antes, pero también recuerdo a repartidores con latones y embudos que lo vendía por las casas (quizás fue en una etapa anterior). En cualquier caso, este petróleo es algo cuya venta también ha desaparecido. A mi me llamaba mucho la atención el aparato con manivela que servía para expender el petróleo. Cada vuelta de esa manivela representaba un litro, y al voltearla, en un cilindro de cristal subía un émbolo que dejaba paso al petróleo, y al bajar lo sacaba por la boca de salida hacia la botella o latón que el cliente llevaba.

Estos artilugios también se veían en las tiendas de ultramarinos donde servían para expender el aceite. Por cierto, y hablando de ultramarinos, también se perdieron aquellas viejas tiendas.



LAS TIENDAS DE ULTRAMARINOS.- Las tiendas de ultramarinos (de las que aun quedan algunos vestigios en Sevilla, más piezas de museo que efectivas tiendas), abundaban y florecían por doquier en los años 50-60. La razón de esto era bien simple: no había frigoríficos y por tanto era imposible conservar los alimentos, por lo que era necesario comprar cada día lo sucinto para ese día en el caso de los artículos perecederos; y ya también, dado el escaso peculio de la mayoría de las familias, pues todo se compraba de a poca cantidad, que al fin y al cabo la tienda estaba cerca.

Hasta donde recuerdo, la tienda de mayor trasiego de mi barrio era Ultramarinos Colás, que estaba en la esquina de Almansa con Santas Patronas. D. Anselmo Colás era su propietario y sus hijos Pedro y Manoli también estaban en la tienda, aunque me parece recordar que dado que tenían siempre muchísimo jaleo tenían empleados también. Recuerdo también la de Evaristo en la calle Galera y la de Garzón, al lado de la entrada del Mercado de Entradores.

¿Qué vendían en estas tiendas? Pues prácticamente cualquier alimento que pudiera comprarse en aquellos días; desde jamón cortado a mano hasta chícharos, garbanzos o arroz, latas de conservas, fiambre al corte, café, chocolate... en fin, absolutamente de todo. “¡Pedro!, ponme y cuarto y mitad de jamón, ¡ah! y ponme también medio kilo de arroz. Y allá que iban cuchillo en ristre partiendo el jamón, o pala en ristre para servir el medio kilo en papel de estraza que después de pesado era hábilmente liado. Después de servido todo, en una tira de papel de estraza y con el lápiz que cada dependiente llevaba convenientemente puesto a la oreja, le hacían al cliente la cuenta.



(Antigua tienda de ultramarinos en calle Arfe, hoy en día ya cerrada)

Fui a estas tiendas muchas veces acompañando a mi madre, y también cuando mayorcillo para hacer los “mandaos” a los que me mandaba mi madre. Fenomenal recuerdo en mi mente de las cajas redondas de arenques, que se exponían abiertas, con un gran cartel que ponía los céntimos que costaba cada unidad.

Hoy no quedan apenas tiendas de ultramarinos, ya que la gente prefiere ir al híper y a golpe de tarjeta llevarse en el coche comida para una o dos semanas. Viva el lujo y quien lo trujo.


(Casa Palacios en la calle Porvenir)

Si no conoció estas tiendas, pásese por Casa Palacios en la calle Porvenir o La Pajarita de calle Baños. Mientras toma una copa contemplará Vd. unas joyas del pasado aún en pie.
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martes, noviembre 23, 2010

CON LA COLABORACION ESPECIAL DE (IV)

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BRUMAS

Este grupo es del sevillano pueblo de Huévar. Sus actuales componentes son Fabián Carmona, Manuel Catalán y Francisco Garrido, quienes se han consolidado desde hace años dándole un sello grande y propio al grupo, aunque en un principio fueron 5 componentes y luego 4. Por sus filas han pasado gente significativa como Guillermo Gómez y Manolo Romano (Los de la Trocha)



Este grupo, que  ya ha cumplido sus bodas de plata en esto de las sevillanas, es un grupo de voces singulares. Tres voces privilegiadas que incluso son fáciles de confundir con las de Los Romeros de la Puebla, ya que suenan muy parecidas, y que a lo largo de su ya dilatada trayectoria nos han dejado sevillanas de todas las temáticas. He aquí algunos de sus títulos entre los que predominan de temática rociera, ya que han cantado profusamente a todo lo relacionado con la romería almonteña.

Los misterios del Rocío
Vamos andando
Candiles de amaneceres
Gaita rociera (preciosa aunque poco conocida sevillana)
Por las arenas
Los varales torcidos
La Virgen sigue en la calle
Cuéntame el Rocío
Por eso voy al Rocío
Rocío tú bien lo sabes
A naranja dulce

En su irrupción en el mundo de las sevillanas, allá por 1.985, dos de gran éxito les ayudan a darse a conocer; una es “Amapola”

Apártate del camino,

amapola, y no seas loca,



porque tengo mal de amores

y tu color me provoca.


Verde es el río,

moreno el aire,

roja su boca;

apártate del camino,

amapola y no seas loca

Y la otra, “Mar traidora”

La barca como reclamo
Está en la orilla “vará”

Se escucha la voz del amo
Marineros a la mar

Mar traidora
Que te llevas al marino
Dejando a una madre sola.



Si tres voces llegan a confundirse, por su parecido, con las cinco voces privilegiadas de Los Romeros, es porque cantan muy alto y suenan realmente espléndidas, Ni que decir tiene que si no las conoce se está perdiendo tres voces muy poderosas aparte de preciosas sevillanas.





VOCES DE SEVILLA- SOR ANGELA.- Este grupo es del sevillano barrio de San Jerónimo; y la verdad es, según creo, que hubiera sido uno de los muchos grupos que al albur de la explosión de las sevillanas en los años 80 nacieron, se desarrollaron un breve tiempo y murieron sin mayor pena ni gloria de no ser porque intepretaron unas sevillanas realmente preciosas, de las que a mi me gusta llamar míticas. Su nombre “Sor Angela”, preciosa sevillana también cantada por No-madeja-do en su álbum “El pájaro morado cruza los cielos de Sevilla", toda vez que su autoría es de componentes de éstos últimos. Estoy seguro de que Vd. la ha oído alguna vez.

(I)
Hay revuelo de novicias
Dios mío vaya locura

Que ya se acerca la Virgen
La Virgen de la Amargura

Y sor Angela les dice
Callarse y no hacer ruido
Que está perfumando el aire
La rosa del barrio mío

(II)
Con la marcha de Amargura
La madre se está durmiendo

Y bambalinas de palio
Con arte la están meciendo

Sevilla y un ángel vela
A sor Angela dormida
Dormida tras la cancela

(III)
Ese lucero del alba
A voces la está llamando

Con tambores y cornetas
Mañana de viernes santo

Madre madrecita buena
Despierta con alegría
Que te da los buenos días
La Esperanza Macarena

(IV)
Entre revueltas y esquinas
Saeta piropo y llanto

Sevilla va con su Virgen
Su Virgen de verde manto

Y Sor Angela se asoma
Al pie de la celosía
“pa” ver a la Macarena
que viene rayando el día

Aunque nunca suelo, por no hacer extensos mis escritos, poner los cuatro palos cuando me refiero a una sevillana, creo que ésta tan bonita bien lo merece.



Esta sevillana, obra de Pepe Rodríguez (No-madeja-do) es la seña de identidad de Voces de Sevilla, la sevillana por la que fueron más conocidos y por la que se les recuerda. Sin duda alguna la sevillana lo merece, y la forma en que los cuatro componentes de Voces de Sevilla la interpretaron, también.

Otras sevillanas destacadas de ellos son:

¿Por qué será?

Tres días de camino

Me dan las horas

Canta mi tierra

Cuatro Vírgenes y un sueño.

Quede aquí mi recuerdo para ellos.





RAFAEL DEL ESTAD.- Es conocido a nivel popular como “El poeta del amor”. El sobrenombre le viene bien sin duda, ya que será difícil, si no imposible, encontrar a alguien que haya cantado por encima de todo sevillanas de amor en mucho mayor número que sevillanas al Rocío o a Sevilla.



Llegó al mundo de las sevillanas como muchos en aquella época, en pleno “boom” de las mismas en la década de los 80, le cantó con profusión al amor y un día se fue sin hacer ruido, al igual que sus sevillanas, de forma pausada y tranquila. Personalmente creo que murió por repetición (musicalmente hablando), ya que aunque sus sevillanas tenían sin duda un sello propio e inconfundible, para los oídos comerciales sonaban machaconamente parecidas disco tras disco, de forma que lo que resultó precioso al inicio comenzó a volverse cansino con el devenir del tiempo.

Pero el legado de Rafael del Estad está ahí. Sus discos no dejarán que su memoria se pierda y darán a conocer a nuevas generaciones sevillanas realmente exquisitas. Todas éstas que reseño ahora están dedicadas al amor.

Sueños de amor

Si te supiera decir

De estar queriendo

Por amor

Tus ojos

Tus redes

Solo para ti

Mis sueños

Las miradas

Anhelo

Marinero brisa y mar

Así te quiero

El amor es así

Rafael le cantó también a otros temas; algo al Rocío y a su afición por la caza, pero también le cantó a Sevilla con gran cariño y buen gusto, como lo demuestran sus sevillanas “A gala” y “Sevilla siempre”, y desde mi punto de vista su mejor sevillana, “Las dos orillas”, con su conocidísimo estribillo

¿A quién le agradeceré
Haber “nacío” en Sevilla?
En la ciudad de los sueños
En el lugar donde brillan
El sol la luna y el cielo

No, mi querido lector, no voy a recomendar que lo oigan, porque doy por sentado que ya lo habrán oído. Claro que como, y según dijo El Gallo o Guerrita (que hay controversia con respecto a esto), hay gente “pa tó”, si que le voy a decir a quien lea esto y sorprendentemente no lo conozca, que escuche a Rafael del Estad, y sabrá lo que es cantarle al amor con clase y elegancia.


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sábado, noviembre 13, 2010

SE PERDIERON TANTAS COSAS (I)

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Hace ya algún tiempo (¡ojú, cómo se va el tiempo!) titulé un post mío “Niña, se perdió la orza”, y venía a cuento de las cosas de cocina que no habían soportado el paso del tiempo y hoy sólo son recuerdo en la retina de quienes vivimos aquellos tiempos.

Con este nuevo título, también frase de las mismas sevillanas de Cantores, quiero seguir trayendo a nuestro recuerdo cosas en general que se fueron; algunas serán materiales y otras serán inmateriales, como por ejemplo ésta con la que comienzo.

EL PIROPO.- Efectivamente, se perdió el piropo, y con él se perdió todas y cada una de las distintas formas de manifestarse de esta demostración de admiración del hombre hacia la mujer. Unos eran finos y elegantes; frases dichas con gracia y elegancia y que cuadraban perfectamente con el porte de la destinataria; por lo general el hombre se paraba admirado viendo venir a la mujer, y al pasar por su lado, cual torero dando un lance, soltaba su piropo. Otros eran por el contrario bastos, dichos con poca gracia y en general no tenían nada que ver con la destinataria; en estos casos el hombre no sólo soltaba su piropo al paso de la mujer, sino que la perseguía acosándola verbalmente durante algunos pasos que en ocasiones se me antojaban demasiados.



Y por último estaban los piropos directamente groseros, que generalmente ponían énfasis no sólo en la hermosura de la destinataria, sino también en los atributos varoniles del remitente ( ¡Que buenas estás!, te cogía y te hacía tal y cual). En muchas ocasiones uno no podía por menos de pensar que lo único que le sobraba al piropeador era lengua, y que no duraría ni un asalto ante la piropeada; vamos, que aquello era mucho arroz para tan poco pollo. Estos piropos se escuchaban generalmente en las obras, aunque también había personajes sueltos capaces de tales burradas.

SACAR SILLAS A LA CALLE.- Esto era una costumbre que probablemente hoy en día aún se de en algunos sitios; quizás en algunos pueblos o algunos barrios de Andalucía. En aquellos años cuando caía la noche veraniega, los vecinos (sobre todo las vecinas) salían a la calle pertrechados de su correspondiente silla (normalmente de enea) y en la acera del portal de cada casa se improvisaba una curiosa reunión. Evidentemente el motivo era el huir de las casas recalentadas durante todo el día y tomar el fresco nocturno; pero sin duda lo que la reunión deparaba una noche tras otra era de por sí motivo más que suficiente para que se produjera espontáneamente. Las risas, las bromas y chistes de alguien que siempre era el gracioso oficial del grupo, cuando no el corte de trajes a otros vecinos de la calle o incluso de la misma casa que no estuviera en la reunión, el deambular de los viandantes, o incluso una sonada pelea entre dos marujas. El caso era tomar el fresco, pero también echar un buen rato.

Testigos de estas reuniones solían ser los grillos, que sólo se dejaban ver muy de vez en cuando, pero que se sentían permanentemente; las paredes blancas de cal sobre las que indefectiblemente había una o varias salamanquesas quietas, expectantes, como si escucharan lo que los vecinos se traían entre manos, hasta que de repente daban una veloz carrera para atrapar algún bichillo; y también alguna que otra chinche que escondida en la enea de las sillas hacía su agosto a costa de los muslos del propietario.

¡Ay que pena no ver ya estas reuniones en nuestras calles!

LOS PUESTOS DE HIGOS CHUMBOS.- Bueno, esto no sé si realmente se han perdido del todo, o todavía existen algunos que vendan, sobre todo en estos tiempos de crisis donde es necesario agudizar el ingenio. El caso es que antiguamente se podía encontrar por múltiples sitios, en la calle, a alguien que desplegaba una improvisada mesa y sobre ella exponía el producto que ofrecía a los viandantes; concretamente higos chumbos, los cuales, a requerimiento del cliente, el vendedor pelaba con una maestría realmente singular y sin clavarse una sola espina. Para acompañarlos, solamente búcaros con agua fresquita, de los cuales el comprador podía servirse después de haber ingerido los higos.




Hasta aquí la primera parte de "Se perdieron tantas cosas". Vendrán más, muchas más, ya que han sido muchas cosas las que se ha perdido en tan poco tiempo
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jueves, noviembre 04, 2010

EL UNIVERSO DE LAS SEVILLANAS

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NO-MADEJA-DO

La idea de formar este grupo nace en Cataluña, donde residían algunos de sus componentes por motivos laborales, y cristaliza al amparo de la discográfica Horus ya que curiosamente ninguna casa discográfica andaluza quiso grabarles sus primeros discos, pese a que el primero ya representó un gran éxito por el extraordinario sello propio que supieron imprimirle y que les acompañaría durante toda su carrera. Es curioso como el trabajo serio de este grupo fue considerado como poco comercial incluso cuando ya eran un grupo consolidado y con buena aceptación de público, de forma que a lo largo de su corta carrera tuvieron que sufrir presiones de las discográficas para que hicieran unas sevillanas menos serias y más comerciales. Afortunadamente ellos siempre permanecieron firmes, y merced a ello hoy tenemos la dicha de poder escuchar sus sevillanas tal cual las concibieron.

Todos los grupos de sevillanas le han cantado a Sevilla en mayor o menor medida, sin embargo será muy difícil encontrar unas sevillanas de mayor belleza poética que las de este grupo, igual que sería imposible encontrar un grupo que le haya cantado más a la Sevilla tradicional e histórica; la Sevilla de Mañara, la de Valdés Leal, la de conventos blancos, la de seises, la de maitines y campanas, la de Sor Angela y sus novicias,  



 Su primer disco data del año 1.987 y llevaba por nombre Sevilla íntima. Allí no había ninguna ambigüedad, ningún titubeo, ningún lugar a la duda. No-madeja-do dejó claro desde su primera sevillana que ellos iban a ser diferentes; que venían a cantarle a Sevilla, pero de una forma totalmente distinta, totalmente peculiar. Esta sevillana de aquel disco llamada de rama en rama ya era en sí toda una declaración de intenciones

Por el alba me despiertan
Maitines y campanillas

Plegarias que van al cielo
Y un Dios te salve Sevilla

A conventos sevillanos
Bellos palomares blancos
Bollitos de Santa Inés
Y yemas de San Leandro

Soy de Sevilla
Delirio de poesía
Y alegre de rama en rama
Con mis trinos voy cantando
Por sevillanas

Otras sevillanas suyas:

Nanas de las madres que nunca fueron

Entre el pétalo y la espina

Seise, dile que...

Lamañana de la Virgen

Canción de ausencia

Cachorro de Triana
La torre del amor
Susona la hermosa hembra
Sevilla es mentira







 

A este disco le siguió, en 1.988, otro titulado "Sinfonía al amor". En esta primera etapa los componentes del grupo eran: Paco Jiménez, Pepe Rodríguez, Manolo Calzado, Joaquín Hernández y Jesús Bermudo. 
Pero donde No-madeja-do echó el resto fue en una grandiosa trilogía de discos dedicados a la Semana Santa; pero no a la Semana Santa de cornetas y tambores, de bullicio palmas y vivas, sino a la Semana Santa de muerte, la de música de capilla, la de muñidor y 18 ciriales de la Sagrada Mortaja, la de Cristo agonizante o muerto y su madre llorosa que lo ve descender de la cruz (Quinta Angustia), que lo acoge en su regazo (Piedad del Baratillo, los Servitas y Sagrada Mortaja) o que lo llora ya en su soledad (cualquier Virgen bajo palio o ambas Soledad).

Sus nombre genéricos eran:

La madrugá

El pájaro morado cruza los cielos de Sevilla

In ictu oculi 

Para la grabación de estos tres discos se incorpora al grupo Antonio Vargas, mientras que no intervinenen en ella ni Joaquín Hernández ni Jesús Bermudo

Esta trilogía contenía sevillanas realmente preciosas como Sor Angela, 1.932, D.S.A., La nana de la loca, En el aire. Casi todas ellas obra de los componenente del grupo, normalmente Paco Jiménez (Jorge Fernando) y/o Pepe Rodríguez en la autoría y Manuel Calzado en la composición; y todas ellas realmente originales. Podemos encontrar en estos discos desde sevillanas de un solo palo hasta sevillanas acompañadas de palmas flamencas como en "Teoría del gitano y la luna". Nunca me canso de oir estos tres discos porque cada nueva vez que los oigo descubro nuevos matices, singularidades antes no oídas, originalidad exquisita.

No-madeja-do es un grupo realmente singular. Aunque su paso por el mundo de las sevillanas fue corto, fue también tremendamente intenso, y sus sevillanas pueden definirse de muchas formas. Son preciosas por su oral puesta en escena mezclada con el cante en sí, son poesía pura porque además de serlo en si mismas son frecuentes los introitos y epílogos hablados de carácter poético en prosa o verso, son la sensibilidad hecha voces, pero al mismo tiempo son inquietantes. A veces, uno tiene la sensación oyéndolos de que se ha dormido y va a despertar en una catedral, en un convento sevillano, en una plaza de Sevilla, o pasmado delante del paso del Gran Poder o Pasión contemplando su grandeza.

No he conocido ni sé si conoceré un grupo como No-madeja-do, tan único, tan diferente, tan intenso. Si no los conoce, escúchelos, y después de escucharlos vuelva por aquí y dígame si no le han parecido realmente singulares, realmente distintos, realmente inquietantes. Dígame si no se ha sobrecogido con ellos y si no le ha parecido como si su alma fuera a abandonar su cuerpo para irse a contemplar escenas o lugares de los que describen en sus sevillanas.

Ya sé que algunos pensarán que exagero, en especial en lo tocante a la inquietud, pero oigan Vds. su sevillana “tempus fugit”, o díganme Vds. cómo definirían esta sevillana llamada “La leyenda de la nostalgia”, que define a una cofradía fantasmagórica, una cofradía de seres del más allá, donde se mezclan inquietantemente personajes antagónicos cien por cien. Creo que merece la pena transcribirla entera, incluidas las partes habladas.

HABLADO.- Te parecerá una leyenda de Bécquer, pero las abuelas de plata lo cuentan al amor del brasero en las veladas frías  de invierno.  Dicen, que en noches de luna muerta, una extraña cofradía cruza las calles desiertas. Su cortejo lo forman seres desencarnados que vuelven del otro mundo en cumplimiento de alguna promesa pendiente o simplemente por nostalgia
(I)
Reinaba un silencio extraño
Y un olor a tierra abierta
Era una noche de esas
En que la luna está muerta
Y una mortaja de nubes
Cruza las plazas desiertas
No sabría decir la hora
Pero el gallo estaba cerca
Y en la última taberna
Ya habían rezado completa
(II)
Una cruz abría el camino
Con un sudario violeta
Y a sus costados dos niños
Que mató el hambre en la guerra
Pajes de nana y cebolla
Sin mañana ni poeta
El caramelo del mundo
Sintió infinita tristeza
Su alma de celofán
Por el viento daba vueltas

HABLADO.-
Llevaba la cruz de guía
Sánchez del Arco, un poeta;
 la bocina, Rafael,
que fue artillero y trompeta.
 Juan de Mesa un crucifijo,
Mateo Alemán las Reglas
 y Martinez Montañés
el Sine Labe Concepta.
Doce parejas de cirios,
un Sic Transit Gloria Mundi,
y después…
 la Presidencia
(III)
Queipo de Llano una vara
Y a su derecha iba Cuesta
A la izquierda Pepe Díaz
Con Vinot el de la Hiniesta
Y al centro Valdés Leal
Los cinco de presidencia
Barneto de capataz
Y con costales tinieblas
La flor de la CNT
Cuarenta hombres, cuarenta
(IV)
El paso una alegoría
Del hombre sobre la tierra
Un ¿De qué valen los lujos
La riqueza, la soberbia?
Una vela que se duerme
Y una guadaña despierta
Atribuida a Roldán
No se sabe a ciencia cierta
Inspirado por Mañara
Y Vicentelo de Leca
HABLADO.-
Después dicen que se pierden
 por calles que ya están muertas
hasta la próxima luna
entre jirones de niebla.
La vida vuelve a la vida
y la nostalgia a la tierra,
el gallo canta a una aurora
 con la color cenicienta
y se despiertan maitines
en la primera taberna.


Aderecen esto con música de capilla propia de la Sagrada Mortaja, y tendrán….unas sevillanas increíbles, realmente preciosas, realmente distintas a todo lo que haya oído hasta ahora. ¿Y la letra? ¿No es realmente inquietante? ¿No parece que el mismísimo Miguel Hernández hubiera inspirado a estos tres grandes de las sevillanas al escribirla?



Después de grabar esta trilogía, el grupo, que ya había sufrido el pequeño cambio reseñado entre sus componentes, se desmembra definitivamente; aunque de la mano de Manolo Calzado acompañado por Joaquín Hernández y Fran Bravo vuelven a grabar con el mismo nombre, concretamente dos discos: "Como cambia Sevilla" y "Tuvo que ser en Sevilla", y aunque sus sevillanas pueden considerarse de bastante calidad están lejos de hacerles sombra a las de la primera etapa del grupo.


Siempre recomiendo oír a todos los intérpretes, pero no oír a No-madeja-do si no los conoce es un verdadero pecado; no lo recomiendo, sino que lo encarezco. Nada ha sonado antes igual y hasta el momento tampoco nada ha sonado después. Cuando un grupo es tan diferente, tan extraordinario, perdérselo es una atrocidad. Escuchando a No-madeja-do tendrá además la sensación de que las sevillanas tienen vertientes aún no explotadas, totalmente desconocidas; como un universo inexplorado en su mayor parte. Y No-madeja-do descubrió una parte nueva de ese universo y lo dejó grabado en discos para la posteridad.



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