viernes, julio 23, 2010

CON EL NOMBRE DEL RIO

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Se pusieron el nombre del río. No de un río cualquiera, sino del río. El río por antonomasia para los andaluces.

Los del Guadalquivir es un grupo señero en las sevillanas. Sin duda de los más conocidos y reconocidos,  aunque han llegado a nuestros días principalmente encasillados como intérpretes de sevillanas cofrades, cosa a la que ellos mismo han ayudado en los últimos años. No obstante, como veremos más adelante cuando repasemos sus títulos más significativos, veremos que han dejado también una buena  producción de sevillanas de fiesta, aunque como suele ser habitual en todos los grupos han tocado todo tipo de temas, incluidos los sociales.

Una venencia en el aire
Catavino

Solera de viejo roble
Que buen vino

Pero la madre
En la lucha cotidiana
El frío, el calor y las “helás”
Desde hora muy temprana
Por un jornal

Hay que dejar la pandereta
Hay que hacer nuevos carteles
Dar otra imagen de mi tierra
Que lo nuestro es mucho más
Que vino fiestas y juerga




Angel Berenguer, Manuel Jurado(Manolín), Manuel Márquez y Ulises Pozuelo son la columna vertebral de este grupo. Prácticamente sus primeros integrantes, y que, cosa realmente curiosa, se volvieron a unir hace poco, regresando después de muchas vicisitudes la formación  pionera. Mientras tanto, han pasado por sus filas hombres como José Antonio Ruiz, Antonio Moreno y Juan Escobar

Comienzan su andadura en 1.974, si bien entonces se llamaban Guadalquivir 74. No es hasta 1.982 que graban su primer disco como Los del Guadalquivir, pero pasan totalmente desapercibidos. En 1.983 graban las sevillanas que los lanzan al estrellato, ya que representan un gran éxito al ser la sevillana más cantada y bailada en la Feria ese año. Se trata de las sevillanas del búcaro.

Sin duda, la década de los 80 es la de mayor esplendor de este buen grupo que al igual que muchos en su historia ha tenido que soportar la continua salida y consecuente entrada de integrantes para no tener que desaparecer. Aunque esto han sido algunos grupos los que lo han logrado con éxito(ejemplo Los Marismeños y Amigos de Gines), la gran mayoría no lo resiste, y es especialmente más difícil lograrlo cuando el grupo en cuestión tiene un estilo muy propio, muy definido, lo cual es sin duda el caso de Los Guadalquivir, con unas voces realmente singulares, inconfundibles.



El nuevo siglo no comienza nada bien para este grupo. Las idas y venidas de integrantes y un accidente de tráfico sufrido en el norte de España los ponen al borde de la desaparición, ya que estuvieron ausentes del panorama musical por bastante tiempo. En 2.002 vuelven y definitivamente encauzan su producción hacia temas de semana santa al editar un disco todo él dedicado a la Semana Santa de Sevilla, llamado genéricamente  “Y la Luz se hizo.” El disco incluía antiguas grabaciones cofrades de ellos mismos así como sevillanas nuevas.

En su amplia producción son destacables estas sevillanas que relaciono

Sevillanas del búcaro

Sevillanas del grillo

La señorita primavera

Adivina adivinanza

Canta con nosotros

Capillita

Hay cosas en la vida

Ay si vivieran

De fiesta

Cumpleaños feliz

Un caudal de alegría

Ya es primavera

Hay que romper la pandereta


Aunque está un escaloncito por debajo de los grandes, este grupo es de los punteros en las sevillanas. Si no los conoce, haga por conocerlos. Verá como cuando los escuche una sola vez ya reconocerá para siempre sus inconfundibles voces.

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viernes, julio 09, 2010

YA NO SE DICE, YA NO SE ESCUCHA (III)

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Bueno, vamos con esta tercera parte de “ya no se dice, ya no se escucha”. Aunque aún me quedan muchas cosillas de éstas, después de esta noticia le daré un descansillo a esta sección, por no cansar al personal más que nada. Para el que le esté gustando, prometo volver a ella.

ARDER MÁS QUE LA VAQUITA.- Esta frase se hizo popular en la década de los 70 y 80, aunque la verdad es que su popularidad duró poco, probablemente porque el tono jocoso en que se decía no tenía nada que ver con el triste asunto que representó el incendio de La Vaquita, en el que murieron 6 personas.

El caso es que en el año 1.973 ya habían comenzado a florecer las whiskerías. Una de las pioneras se llamaba La Vaquita, en la calle Joaquín Costa (zona Alameda). Seguramente hubiera sido uno de tantos locales de este tipo que nacieron, vivieron y murieron durante más de dos décadas en Sevilla sin pena ni gloria, de no ser por su trágica historia. En el nombrado 1.973 un individuo tomó unas copas allí y no le gustó el trato que le dieron (creo recordar que declaró que le sacaron todo su dinero y al final no querían mantener relaciones con él), y ni corto ni perezoso fue por un bidón de gasolina y le prendió fuego al establecimiento. El local era largo y estrecho, lo que impidió la salida de varias personas que estaban allí, de las cuales 6 perecieron asfixiadas.

“A que te arrimo el mechero y vas a arder más que la vaquita” es un ejemplo del sentido con que era empleada tan desafortunada frase. No es ciertamente muy oportuna, pero la traigo aquí porque fue muy usada en su tiempo.


                   (Estado en que quedó La Vaquita después del incendio. (foto ABC de Sevilla)).

TIEMPOS DE MARICASTAÑA.- Esta frase, que hoy se escucha poco, desde luego bastante menos que antiguamente, era muy usual para aplicarla a cosas o hecho muy antiguos. “Eso es de los tiempos de Maricastaña”.

Como otras muchas frases, el pueblo repetía estas frases hechas sin saber en absoluto su significado.

No ha sido hasta hace muy poco cuando he venido a enterarme de que Maricastaña es abreviatura de María Castañeira, una heroína gallega del siglo XIV, que no llegó a ser un personaje histórico realmente importante, por lo que choca que fueran tomados sus tiempos como referente de lo muy antiguo.

MAS LARGO QUE UN DIA SIN PAN.- Esta frase, que yo hoy en día ya no escucho, es en sí misma toda una declaración; todo un reflejo de situaciones especiales en las que el hambre apretaba su horrenda mano sobre los ciudadanos.

La frase en cuestión se empleaba para poner énfasis en lo dilatado en el tiempo de algunas cosas, aunque con el tiempo se generalizó y se empleaba también aplicándola a cualquier cosa grande. Por ejemplo, se le decía a un chiquillo que fuera alto (antiguamente a los niños altos se les denominaba por lo general largos)

Una vez más, el pueblo hace gala de humor ante las situaciones difíciles. Todo lo que encierra esta frase tan desgarradora así lo demuestra.

BRILLANTINA.- Prometí hablar de este producto que hoy apenas se usa y que en los años 50 y 60 era de uso bastante común.
Bien es cierto que este producto ha vivido épocas de resurgimiento desde entonces, especialmente auspiciado por el cine, y que hoy en día tiene usos incluso sofisticados, pero el hecho de traerla aquí es porque como digo era de uso muy común en todas las casas en aquellos años.

Efectivamente, la brillantina era usada por la práctica totalidad de los hombres en su cabello, y también por las mujeres como lubricante (mi abuela para su máquina de coser).




RUMBOSO.- Esta palabra, totalmente en desuso, me encanta. Se usaba para definir a aquella persona que era generosa con el dinero. Por ejemplo, si alguien comentaba “Estuve tomando café con Fulano, y pagó y encima dejó dos reales de propina”, alguien respondía, “¡anda, qué rumboso!"

El caso es que el pueblo, en su eterna sabiduría, empleaba esta palabra sólo en los casos en que el rumboso en cuestión no debería de permitirse su generosidad. En otras palabras, el rumboso era alguien en general admirado por su generosidad, pero al mismo tiempo repudiado de alguna forma porque su proceder gastando más de lo que podía permitirse no era correcto. Esto es al menos lo que a mi me parecía, ya que yo nunca oí que a un rico le llamaran rumboso. Si un rico efectuaba actos de generosidad, era sencillamente un hombre generoso

El diccionario admite distintas acepciones para esta palabra, pero yo recojo aquí el sentido con el que yo la conocí y la oí emplear.

Bueno, como he dicho, un descansito para estos asuntos, y más adelante, más. Prometido
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