viernes, diciembre 20, 2013

¡UNA DE PELÍCULAS Y OTRA DE ACTORES!

| |
0 comentarios
Una retrospectiva hacia el cine de los años 50-60 ofrecerá, para la mayoría de la gente, un resultado muy desigual. Al igual que ha ocurrido en todos los ámbitos tecnológicos, el cine también ha evolucionado desde entonces a un ritmo vertiginoso y como consecuencia de ello las películas de aquella época parecen auténticas antiguallas ante las de nuestra época actual.

                                    


Sin embargo, lo antiguo sigue teniendo un aura de grandeza para mucha gente, y en el cine ocurre ésto especialmente. Las películas antiguas tienen su principal público actual en los coleccionistas y en los amantes del género que beben en las fuentes de la historia, y aunque yo no soy ni una cosa ni otra ni me gusta especialmente el cine, si que me extasío a veces ante las películas antiguas, especialmente las de mi época de niño en la que, como a todo infante, el cine me fascinaba.

Al igual que supongo ocurre hoy en día, las películas ganaban en valor antes de ser vistas según sus intérpretes. En los años 50 y 60 los héroes todavía no necesitaban ser guapos, y aunque sí que había algunos guaperas, los protagonistas de películas de acción eran hombres de los de pelo en pecho: Kirk Douglas, Anthony Quinn, Jhon Wayne, Burt Lancaster, Gary Cooper, Frank Sinatra, Dean Martin, Charlton Heston, Lee J. Cob, Yul Brinner, Glenn Ford, James Mason, Mel Ferrer, Fred Mac Murray, Robert Ryan, Robert Mitchum, Humphey Bogart, Charles Bronson. Steve Macqueen y el pequeñito pero gran actor Edward G. Robinson... Todos éstos y otros más, pese a no ser guaperas eran sinónimo por lo general de buena película.

                                      


Luego estaban los guaperas oficiales, con dos actores a la cabeza, Paul Newman y Rock Hudson, aunque en Europa no deberíamos de olvidar a Alain Delon. Otros intérpretes singulares de entre los guapetones eran Gary Crant, Tony Curtis, el malogrado James Dean. Errol Flyn, Gregory Peck,Tirone Power, Clark Cable, Robert Taylor y aunque no lo parezca porque todavía está en activo, Robert Redford...

Por último estaban los actores cómicos. El más célebre en aquella época era sin duda Jerry Lewis, mientras que en Europa el gesticulante Louis de Funes hacía nuestras delicias, pero es que hablando de películas cómicas sin duda las españolas, aunque llamado cine basura, constituían una buena diversión para el españolito de a pie, especialmente por la calidad de sus actores, como José Luis López Vázquez. José Luis y Antonio Ozores, Tony Leblanc, José Isbert, Manolo Morán y otros muchos grandes del cine español a los que, afortunadamente, hoy en día se les reconoce su gran hacer en momentos tan difíciles para el cine como los de la dictadura. No quiero terminar este apartado de actores cómicos sin nombrar a Jack Lemmon, con quien me reí como nunca cuando era un muchachillo en “Con faldas y a lo loco” y posteriormente en una película que a mí me parece encantadora: “Irma la Dulce”, con Shirley Maclaine.
                       


Puede que alguna fémina que lea esto considere que algunos de los que están entre los feos deberían de estar entre los guapos. Les pido mil perdones, pero yo no soy especialista en feos y guapos y ademas puede ocurrir que a algunos de los que cito como feos yo los vi actuar cuando ya habían superado con creces las bondades de la juventud, y ya se sabe que por regla general la gente al envejecer pierde frescura. (Que me lo digan a mí).

Y hablando de féminas, mujeres de bandera eran Ava Gadner, Marilin Monroe, Elizabeth Taylor, Kim Novak, Raquel Welch... Europa no se quedaba atrás en este apartado, ya que contábamos con dos morenazas de lujo, Sofía Loren y Claudia Cardinale, mientras que entre las rubias partían la pana Brigitte Bardot y Elke Sommer: y entre las españolas sobresalían Sara Montiel y Concha Velasco por su belleza mientras que en lo cómico la inigualable voz de Gracita Morales no hacía reír a todos. Y para los niños, Marisol y Rocío Dúrcal.

                         


El resto de actrices, menos exuberantes en general, aunque no por ello peores actrices y en muchos casos todo lo contrario, eran Vivien Leiggh, Katharine Hepburn, Ingrid Bergman, Deborah Kerr, la fea prototipo de mujer malvada Bette Davis, Doris Day ( a quien vi junto con Debbie Reynolds en multitud de comedias estadounidenses), Julie Andrews, Bárbara Streisand, y la guapísima Julie Christie de quien les dejo una foto... En fin, muchas más que omito para no hacer esto demasiado extenso.

                        



¿Y las películas? Pues de aquel cine puede decirse que era ingenioso, pero los medios a su disposición lo dejan muy mal parado con respecto al cine actual. De hecho, aunque sea un cine de culto para los aficionados, el visualmente triste cine negro se veía todavía cuando yo era un niño, especialmente en los cines de verano donde incuso antes de la película era usual que echaran algún film corto de Charlot, de Gafitas o de un actor al que llamaban Jaimito, aunque estaba siendo totalmente desbancado ya por el technicolor y el cinemascope, técnicas que hoy suenan a chiste pero que eran moderrnísimas en aquellos momentos.

Puedo nombrar aquí cientos de películas, pero sería aburrirles.Por ello, sólo les dejaré algunas de las películas que me dejaron huella.” Moby Dick, la ballena blanca” con un Gregory Peck soberbio en el papel del atormentado Capitán Achab; “La gata sobre el tejado de zinc”, con Paul Newman bordando el papel de alcohólico; la ya mencionada “Con faldas y a lo loco”; “El guateque”, probablemente la película que más me hecho reír en mi vida. con el genial Peter Sellers; de entre las bélicas “La gran evasión”, con un elenco de personajes pocas veces reunidos en el cine; “La noche de los generales”, con un grandioso Peter O´toole en el papel de general nazi perturbado y asesino; “Ben-Hur”, una de las grandes de todos los tiempos sobre la que ya todo se ha escrito y por último la grandiosa "Doctor Zhivago", con Omar Shariff y Julie Christie interpretando una historia de amor imposible en la Rusia de la revolución. Bien es cierto que alguna de éstas corresponde ya a los inicios de la década de los 70.

No podemos olvidar al maestro del terror, Alfred Hitchcock, quien con su ingenio nos aterrorizaba en aquellos años, algo lejos aún las películas sangrientas y de mal gusto que vinieron después.

En cuanto a la españolas se refiere no hay mucho que salvar, pero haré una mención especial para una película con la que me reí y me sigo riendo cada vez que la veo: "Atraco a las tres". Una comedia exquisita con López Vázquez y Gracita Morales en el principio de lo que después sería una pareja artística que filmó varias películas en aquella época. Les acompañaban Cassen, Agustín González, Alfredo Landa, Manuel Alexandre, y José Orjas entre otros, mientras que la belleza la ponía una guapísima Katia Loritz.


                         


No quiero terminar sin dejar constancia del fenómeno social que representó una película que no era propiamente tal, sino más bien un documental sexual. Estábamos ya cerca de los 70, pero era tal la represión sexual de la dictadura que una película en la que podía verse el cuerpo de una mujer desnuda además de asistir en vivo y en directo a un parto humano, hizo que la gente se agolpara formando colas que no envidiaron a las de los peores tiempos del racionamiento. Estoy hablando de “Helga, el milagro de la vida”, una película que hoy en día pasaría totalmente inadvertida en las carteleras de nuestro cine pero que representó todo un fenómeno social entonces. Recuerdo que se estrenó muy cerca de mi casa, en el cine Avenida, y recuerdo también que las colas eran monumentales. Al parecer, ocurrió igual en toda España, como puede verse en esta foto de Barcelona que he rescatado de Internet

                     

Me despido. Y quiero aprovechar mi tradicional felicitación a mis lectores en este mes de Diciembre para recomendarles una película navideña encantadora, que seguramente ustedes habrán visto muchas veces, pero que se deja ver todos los años otra vez más por su grandeza cinematográfica al igual que por su ternura. Hablo de “Que bello es vivir”, con un magistral James Stewart en el papel del atribulado George Bailey y un simpático Henry Travers en el de Clarence, un ángel que quiere ganarse sus alas. Todo un clásico navideño que me da pie para enviarles mi ya tradicional y nada original mensaje:

¡FELIZ NAVIDAD!

¡FELIZ AÑO NUEVO!

                       

Pd. Aunque merecen estar en el apartado de “Se perdieron tantas cosas”, les recuerdo que se admiten aguinaldos. (Es broma). 

Nos vemos después de la fiestas.
Leer más...

sábado, noviembre 30, 2013

JOSÉ ANTONIO RÚA (D,E,P.)

| |
0 comentarios
De nuevo me veo en el penoso deber de escribir unas letras en homenaje a otro grande de las sevillanas que nos ha dejado. 




Como ustedes ya sabrán, José Antonio Rúa fue uno de los creadores del grupo Cantores de Híspalis y desgraciadamente ha sido el segundo en irse, después de Falín. Un terrible cáncer de pulmón se lo ha llevado junto con su compañero y otros grandes de las sevillanas. Siempre lo recordaremos porque fue uno de los cuatro genios que revolucionaron las sevillanas con su estilo inigualable. Descanse en paz.
Leer más...

SEVILLANAS ANTOLÓGICAS (XV)

| |
0 comentarios
EL DOLOR DEL AMOR.- Una sevillana grandiosa de Amigos de Gines, con la que abro el año 1,977.



Esta sevillana ha sido muy versionada con posterioridad, y no ha sido poca la gente que me he encontrado creyendo que originalmente era de María del Monte.



La boca de mi amante agüita clara, para mi boca ardiente y enamorada. ¡Ay, qué dolor del amor!








La letra es de un viejo conocido, Paulino González, y la música de Gabriel Hurtado.



Estamos ante una de las mejores sevillanas de Amigos de Gines. Grandiosa definición de las sensaciones amorosas. La rosa y la espina del corazón.









SEVILLA DE MI NIÑEZ.-El Pali se asienta definitivamente como uno de los intérpretes de referencia, en solitario ante la creciente pujanza de los grupos que no dejan de incorporarse, y saca en 1.977 un disco titulado Mi Sevilla, en el que destacó sobremanera esta sevillana que les traigo ahora.








Estamos ante una de las sevillanas más conocidas y cantadas de toda la discografía del Pali, en la que nos sorprende recordando cosas antiguas de nuestra Sevilla, unas no tan lejanas como los afiladores o los pianillos, de los que ya he hablado en algún escrito en este blog hace ya tiempo, otras más lejanas como el tío de la arropía, las guapas cigarreras o la banda de la sopa, y por último algunas totalmente desconocidas, como “aquella de aquel fandango que-te-brillan-las-espuelas”.





TOROS EN RONDA.- Al Pali le gustaba mucho el mundo taurino. Por ello no es de extrañar que alguna de sus sevillanas tengan que ver con los toros o los toreros e incluso que más de una de ellas esté dedicada íntegramente a su afición. Éste es el caso de esta sevillana llamada “Toros en Ronda”, en la que El Pali hace un gran alarde definiendo una corrida en la centenaria plaza de Ronda y en el siglo XVIII. Ahí es nada.



Quizás menos conocida que la anterior a nivel popular, pero muy estimada por los aficionados, se la traigo aquí para que la escuchen y se maravillen con el único e inigualable estilo del Pali.








Y de paso, verá usted como se las gastaban ya en aquel siglo...El señor Presidente no había llegado y la culpa la tuvo una rondeña invitada en el palco de presidencia.


Ayer igual que hoy el asunto no tiene enmienda.





NOSTALGIA DE AMOR.- En 1.977 Los de la trocha nos traen un disco titulado “Piropeando por sevillanas”, que sin duda tuvo un gran éxito. Incluía como ya hemos dicho en el apartado “Sevillanas míticas” la famosa “Otros tiempos” más conocida como Canela pura y también Canto andaluz.








Les traigo ahora aquí “Nostalgia de amor”, una sevillana dedicada a un amor pasado del que se siente nostalgia y al que se desea fervientemente volver.



Sevillana muy popular en su tiempo, pero como prácticamente todo Lo de la trocha hoy en día, bastante olvidada.





HUBO UN REY MORO.- Sevillana de Los de la trocha, también del mismo disco y también muy olvidada hoy en día, pero que se cantó y mucho en el momento de su aparición, especialmente su primer palo.



Y es que todo el mundo se extasiaba ante la historia del rey moro que a cambio de su cuerpo le dio un tesoro a una cristiana. La verdad es que la sevillana es un canto a un amor imposible. Un canto al amor que se siente (como hubiera dicho Cervantes) por una ingrata, blanca por fuera y negra por dentro, con piel de cordera, carita de rosa y alma de fiera.



Los de la Trocha era toda una referencia en aquellos años, pese a ser tan poco conocido por las nuevas generaciones.






LA BUENAVENTURA.- Del disco de 1.977 de los hermanos Reyes es esta sevillana, muy conocida, y que junto con la que reseñaré a continuación brilló con luz propia pese a que ese disco fue en el que vio la luz la mítica “El tío del tambor”, y al igual que ésta su autoría es del bollullero Paco Alba.








Una sevillana que posteriormente versionó con gran éxito Raya Real y que hoy en día es una de las más conocida y cantada de los Hermanos Reyes pese al paso de los años.







SEÑORITO DEL ROCÍO.- Esta sevillana también es tremendamente conocida. La grabaron al alimón (al igual que “El tío del tambor”) Los hermanos Reyes y Los rocieros, pero la de los Reyes llegó a alcanzar gran popularidad, no obstante ser una gran versión la de Los rocieros.



Una sevillana que, como ya hicieron otras anteriormente (recuérdese a Amigos de Gines), reivindica la sencillez del rociero de corazón ante la arrogancia del señorito que acude a la romería a lucirse.


Que no es más el que pregona su arrogancia y gallardía. Hay que saber ser persona para andarse por la vida.

Les dejo aquí la versión de Los rocieros.





PERDÓNALA.- Una de las sevillanas más conocida de Los marismeños, que probablemente debí de haber incluido en el apartado de sevillanas míticas, ya que estamos ante una de las mejores (y no son pocas como usted estará viendo en este blog) composiciones de Manuel Pareja-Obregón.



Hablo al puente de Triana, a la corriente y al río.



Nuevamente alguien que lamenta un amor imposible, pero en esta ocasión se añade un nuevo elemento: la locura de amor. Quien canta se ha vuelto loco de amor y en su locura le habla al puente, a la corriente, al río, a la luz de la mañana, a la estrella y al rocío. Y en su locura ni sabe quien ha sido ni si quiso a la gitana por la que perdió el sentido. Pero al final, le pide a Dios que perdone a la causante de su locura, ya que ella también ha sufrido. El momento de lucidez en la locura amorosa es para pedir perdón por la amada, lo que demuestra la gran generosidad y grandeza de alma del ferviente enamorado. ¡Genial Pareja Obregón, como siempre! Y de colofón una gran interpretación de Los marismeños.

Una sevillana muy grande, incluido en el disco “Nuestra Andalucía” de 1.977. Seguramente usted ya la conoce, pero para que vuelva a recrearse con ella aquí se la dejo.





YO SIEMPRE FUI CON TRIANA.- Otra sevillana grande, también de Los marismeños y también de la autoría del grandioso Manuel Pareja-Obregón.


No voy a extenderme mucho sobre ella, ya que es conocida por todo el mundo esa voz que clama ¡Dejadme aquí, quiero morir con Triana!

Disfruten de ella






UNA PARÁ EN EL CAMINO.- 1.977 fue un año de gran reivindicación del sentimiento andaluz, lo que pudo verse reflejado en muchos de los discos de sevillanas que vieron la luz ese año y por ello no es de extrañar que el título del disco de Los romeros de la Puebla ese año se titulara “Y se llama Andalucía”.

En ese disco, además de la ya reseñada en Sevillanas míticas “Viva mi Andalucía, viva mi pueblo” destacó especialmente esta sevillana que les traigo ahora, de gran popularidad en aquel momento, popularidad que ha perdurado a lo largo de los años ya que se trata de una de las sevillanas más cantadas en las paradas rocieras.

Una “pará” en el camino, una guitarra y un cante, una copita de vino y un revuelo de volantes. Sin lugar a dudas cosas gloriosas.



El autor de la letra es Oliva y la música, como ustedes ya habrán supuesto, de Moya.

Una sevillana de referencia que, si usted por alguna extraña circunstancia no conoce, no debe de perderse.  




Leer más...

sábado, noviembre 09, 2013

... Y SEVILLA LLORÓ DOS VECES

| |
0 comentarios
Yo no era más que un niño de 8 años cuando Sevilla sufrió su última riada de consideración, pero tengo grabadas en mi retina algunas imágenes de aquello.

El agua no llegó a mi barrio. Como casi todos ustedes sabrán, en aquella ocasión, al contrario de lo que había venido siendo habitual, no fue el río Guadalquivir el causante del problema, sino un pequeño arroyo que quizás, de no haber sido por aquella riada, hoy en día sólo sería un capítulo olvidado de la historia de Sevilla; uno más, sin pena ni gloria. Pero el arroyo Tamarguillo reclamó su protagonismo en aquél invierno de 1,961 y anegó buena parte de la Sevilla de entonces, incluidas muchas zonas del centro, como por ejemplo, La Alameda de Hércules, la Campana y la Plaza del Duque.

                       


Mi madre necesitaba ir a la calle Trajano y yo fui con ella. Impermeable de los de aquella época  ( de grueso plástico duro), paraguas cuya tela y varillas habían sufrido cien reparaciones y unas negras botas de agua (muy común entre los niños en aquellos años) eran mi atuendo; pero pese a ir bien equipados no pudimos pasar. Recuerdo perfectamente como ya en la calle O´donnell, casi llegando a Velázquez, el agua empezaba a dejarse notar. Avanzamos hasta la Campana pero fuimos incapaces de adentrarnos en la Plaza del Duque al ver que una barca campaba a sus anchas por tan desolador escenario. Fue mi única experiencia personal con respecto a la riada, y aunque era bastante pequeño recuerdo perfectamente la escena, quizás porque aquellas cosas inusuales e impactantes quedan grabadas de por vida en nuestro cerebro, independientemente de nuestra edad.

                         


El golpe fue duro para los afectados, un número grandioso de sevillanos, ya que el agua desde su origen hasta el centro de la ciudad anegó numerosos barrios, como por ejemplo Nervión, San Bernardo, Macarena, Heliópolis; en fin, casi toda la ciudad excepto Triana y la parte del centro más cercana a ésta . En la Sevilla de aquellos años mucha gente vivía con gran precariedad y como suele ocurrir en estos casos, fueron ellos quienes peor lo pasaron. Viviendas viejas y chabolas fueron especialmente castigadas por las aguas dada su menor resistencia.

                         


La tragedia fue de tanta dimensión que inmediatamente la solidaridad de todos los españoles puso en marcha su maquinaria aunada toda ella a través del famoso presentador de radio Bobby Deglané quien emitía desde Radio España en Madrid. En aquellos años la radio era el entretenimiento habitual de los españoles y prácticamente toda la gente la oía, tanto más cuanto que para poder llegar a todo el país el programa se emitía también por Radio Nacional, por lo que el llamamiento de Deglané tuvo una enorme repercusión y logró recaudar importantes cantidades de mercancías para el socorro así como dinero efectivo. Muebles, alimentos, ropa, mantas, incluso juguetes para los niños ante las cercanas Navidades.

Para hacer entrega de todo lo recaudado al pueblo sevillano se organizó una caravana que dio en denominarse “Operación clavel”, la cual salió desde Madrid a Sevilla el 18 de diciembre de 1.961. A medida que la caravana avanzaba se le unían coches y camiones en los diversos pueblos que atravesaban, por lo que llegó a alcanzar una gran dimensión.

                         


Toda Sevilla sabía que al día siguiente de su salida, la caravana llegaría a la ciudad, por lo que ese nefasto 19 de diciembre toda persona que pudo se echó a las calles para recibirla. Aquello era un gran acontecimiento y la alegría de los sevillanos se desbordó propiciando una fiesta y un jolgorio que nadie pudo presagiar que terminaría en tragedia.

Como todos ustedes sabrán, una avioneta que sobrevolaba demasiado bajo sobre la multitud chocó contra un cable eléctrico y cayó sobre ella en la Avenida de Kansas City, dejando un balance de casi una treintena de muertos y casi doscientos heridos. Sólo puedo recordar de aquello que yo estaba con mi familia en la calle Luis Montoto y que de pronto la gente comenzó a agitarse y se produjo una desbandada general. Volvimos a casa tan pronto como nos fue posible y ya allí la radio sirvió de informante sobre lo que había ocurrido. Resultaba muy curioso como en aquellos años la gente en general solía tener un miedo cerval a cualquier cosa que le sobrepasara, de forma que apenas la noticia hubo corrido un poco, la gran mayoría de los presentes prefirió salir de estampida antes que quedarse a saber a ciencia cierta qué estaba pasando, en el ejercicio de una costumbre de supervivencia seguramente adquirida en los años de guerra tan recientes entonces: corre primero y pregunta después.

                         


El año 1.961 fue un mal año para Sevilla. Primero por una riada altamente destructiva y después por las terribles consecuencias de la solidaria operación clavel. Sevilla lloró dos veces y sus habitantes vivieron la peor Navidad de sus vidas.



Leer más...

sábado, octubre 26, 2013

SEVILLANAS ANTOLÓGICAS (XIV)

| |
0 comentarios
YO SOY DONANTE SEÑORA.- Ya hablé de esta sevillana y les dejé enlace de la misma en un escrito anterior titulado “Cómo canta Sevila”. Pero como este blog se vuelve cada vez más grande y es probable, querido lector que se encuentra usted ahora mismo en este punto, que haya entrado aquí por un enlace y no tenga ninguna intención de leer más artículos, se la vuelvo a dejar.




Para mi gusto, estamos ante una de las mejores sevillanas del Pali, pese a no ser tan conocida como otras. Compruébenlo ustedes.

¡ Lanza tu perfume al viento, que vamos a entrar en la Campana!




REMEMBRANZAS DE LA ALAMEDA.- La Alameda de Hércules es un tema que el Pali trató con profusión en su discografía. Yo no conocí aquella Alameda que el Pali sí conoció y por tanto sólo puedo hablar de oídas y por referencias de gente que si vivió aquella época. La Alameda de Hércules en los años anteriores a la guerra civil era el barrio chino de Sevilla, pero al parecer un barrio chino de una capital importante en los 20 y 30 no tenía nada que ver con los barrios chinos posteriores a la guerra, que por la prohibición de ejercer la prostitución se convirtieron en entramados de callejuelas sórdidas.



Según parece, la Alameda de los años 20 y 30 era un hervidero de gente, especialmente en las noches de verano, ya que a lo largo de ella se repartían quioscos de bebidas y tablaos múltiples sobre los que se desarrollaba algún tipo de espectáculo. Es de suponer que este escenario alegre y bullicioso se completaba con la oferta de sexo en las callejuelas adyacentes.

Pues bien, esta Alameda es la que el Pali adoraba y recordaba con especial nostalgia tal y como dejó bien expresado en muchas de sus sevillanas. En ésta que nos ocupa hace honores también a la Plaza de la calle Feria y a la muralla de la Macarena

Como en prácticamente toda la producción del Pali la música se debe a Federico Alonso Pernía y la letra al mismo Pali.



LA BUENA GENTE.- Continuamos el repaso de las sevillanas antológicas de 1976 con ésta de Amigos de Gines, muy conocida.

Eso de ser buena gente no se compra con dinero, quien nace con esa suerte...¡ Ese va derecho al cielo !



Su autoría se debe a un triunvirato grandioso; Gabriel Hurtado, Manuel García y Manuel Garrido. Ahí es nada. Los dos últimos estaban en su pleno apogeo, y acababan de darle vida el año anterior a la sevillana del adiós, como ya hemos visto anteriormente la mítica entre las míticas.



EL FANDANGO Y LA JARANA.- Esta sevillana de Los hermanos Reyes de 1.976 fue una de la más oídas no solamente en aquel año sino también durante toda la década de los 80.



Antonio Rodríguez Ferrera fue su autor y es una de las sevillanas más significativas de los Reyes, de corte desenfadado y que nos dice cómo se cantan las sevillanas: Como se sienten

Yo, es que con la voz de Diego se me cae la baba. Espero que comprendan por qué. Aquí se la dejo.

 

EL ÚLTIMO ADIOS. El año 1.976 fue un buen año para los Hermanos Reyes, ya que fueron varias las sevillanas que gozaron del fervor popular.

Esta sevillana, aunque menos conocida a nivel popular que el fandango y la jarana es una sevillana de corte profundo, especialmente apreciada y muy conocida por los rocieros, ya que habla de la tristeza que sienten al tener que despedirse de la Señora la tarde del lunes de Pentecostés antes de iniciar el regreso así como durante el camino de vuelta.

Su autor también es Antonio Rodríguez Ferrera, quien como venimos viendo, dio vida a sevillanas realmente preciosas.


 


PARA HABLAR DE ANDALUCÍA.- Tema de Los choqueros, de gran popularidad en su día y actualmente rescatado por muchos grupos que lo han reeditado.





Reinvidicación del orgullo andaluz, del que tanto se ha cantado posteriormente en las sevillanas. 

Esta sevillana es muy bonita. No se la pierda.

 



REQUIEBROS.- Pista 1 del disco de 1.976 de Los romeros de la Puebla.

Giralda de Sevilla, mantilla, Torre del Oro, donde los maletillas, mantilla, juegan al toro.



Sevillana muy popular en su momento, con Letra de Juan de Dios Pareja-Obregón y música de Moya. Al igual que en el año anterior, Juan de Dios puso letras a varias sevillanas de este disco de Los romeros, concretamente a cuatro.



Hasta aquí el repaso de las sevillanas antológicas de 1.976. En este año, aunque no ha venido aquí con ninguna sevillana (ya vendrá), grabó su primer disco Ecos de las marismas.


Leer más...

domingo, octubre 06, 2013

PERSONAJES DE UN BARRIO ( y IV)

| |
0 comentarios
LAUREANO, EL ENANO.- Laureno era uno de esos personajes que llamaban la atención de los niños, ya que a todos nos parecía fascinante aquel hombre con cuerpo de niño.

El caso es que Laureano era empleado del Ayuntamiento de Sevilla, y debería de ser ordenanza o algo similar ya que siempre iba con su correspondiente uniforme transitando las calles de Sevilla arriba y abajo, que es por lo que deduzco que su misión era la de ordenanza.

                          
(En la sevillana Plaza Nueva y en los años 60, solía verse a Laureano cumpliendo con sus recados)


Laureano debía de ser una magnífica persona, ya que tengo en mi memoria haberse parado en alguna ocasión para saludarme cuando iba de la mano de mi madre, por lo que yo debía de ser bastante pequeño; pero de esto deduzco que debía de tener una paciencia infinita, teniendo en cuenta que serían muchos los niños que solicitarían su acercamiento.


EL ZAPATERO CHIMENEA.- Este zapatero, del que no recuerdo muy bien su nombre, aunque estoy casi seguro de que era Manuel, era el zapatero de nuestro barrio. Tenía su zapatería en un hueco de escalera del zaguán de una casa de la calle Galera, y le decían el zapatero chimenea porque era muy alto. Se trataba de un hombre enjuto, de una altura poco común en aquellos tiempos, y era realmente insólito ver como una persona de tanta altura, primero lograba meterse y segundo tenía que trabajar, en un habitáculo en el que casi no cabía.

(En el edificio inmeadiato al de la esquina (ya no existe el antiguo) tenia su zapatería Manuel)


No voy a abundar mucho en los zapateros, ya que les dediqué unas letras en alguno de mis escritos de profesiones y ocupaciones perdidas. Quede este pequeño recordatorio al de mi barrio en concreto.

Edito para decirle a mis lectores que gracias a la maravilla de Internet, he encontrado en Facebook, colgada por Miguel Angel Rivero Rodríguez en la página "Cosas de Sevilla que han desaparecido" una fotografía del zapatero de la calle Galera, el zapatero chimenea, que aquí les dejo.




DON AGAPITO.- Era el dueño del bar Luis en el Paseo Colón, pero también de La Punta del diamante, La marina, la Venta Marcelino y las Siete puertas.

(La punta del diamante se encontraba en la hoy Avenida de la Constitución, esquina a calle Alemanes)


Seguramente usted pensará, por simple asociación de ideas, que este señor, al ser dueño de algunos de los lupanares más famosos de Sevilla en aquellos años era alguien de aspecto patibulario y/o facineroso, pero nada más lejos de la realidad. Don Agapito, que la gran mayoría de noches cenaba en el bar Luis, era un hombre ya anciano, menudito, con gafas de intelectual, que iba siempre impecablemente vestido con un traje negro u oscuro y una pajarita en su cuello, y al que todo el mundo respetaba de la misma forma que él era un hombre de gran educación y formación.

Está claro que viendo a algunos de los elementos que pululan hoy en día en esa profesión, es fácil hacerse una idea equivocada de Don Agapito si no le conoció, pero insisto, nada más lejos de la realidad.

                         



PECHO HIERRO.- Éste hombre era uno de esos personajes que, al igual que cuando escribí sobre Vicente, debía de tener sus facultades mentales algo mermadas. Era pequeño de estatura y creo recordar que la característica más especial de su anatomía era la falta de un ojo que suplía con uno de cristal o similar.

A decir verdad no le conocí mucho, y en todo caso ya no fue en mi infancia sino más bien en mi pubertad y juventud, etapas en las que podía verse por la zona centro, principalmente Avenida José Antonio y similares, siempre de arriba para abajo, probablemente porque era recadero en algún sitio.

El caso es que, como siempre suele ocurrir en estos casos, había personas crueles que por el simple gusto de divertirse al escucharlo, picaban a este hombre de forma que al pasar por su lado le decían “Jierro”, y esto era suficiente para que el hombrecillo montara en cólera soltando mil insultos por su boca a voz en grito, lo cual hacía mucha gracia a muchos de los transeúntes (sic).

Podría extenderme en más personas, y con ello podría dejar reflejado un abanico más amplio de personajes característicos de aquellos años en todos los barrios sevillanos, pero ya no serán personajes tan entrañables para mí, o tan conocidos. Simplemente les dejo a continuación una pequeña pincelada de todos ellos. Algunos eran agradables, otros no tanto, pero aquí va mi recuerdo para todos:

Lola la de los huevos, en la calle Sánchez Barcaiztegui, (creo recordar que era esposa del famoso Guerra, el del bombero torero, y vendía huevos en su casa tal vez porque tenía algún campo con gallinas ponedoras); Jesús, el propietario del Bar Colón en el paseo del mismo nombre; Anselmo Colás, propietario de la tienda de ultramarinos a quien ya me referí en un escrito anterior; Peisa, el de la bodega en la calle Santas Patronas, que destacaba por su gordura; Hipólito, su esposa Ángeles y su hija Trini, que llevaban el quiosco de prensa de calle Julio César, todavía existente hoy en día; Isidoro, cuyo verdadero nombre era Heliodoro, portero del edificio de calle Marqués de Paradas-Reyes Católicos-Trastamara, todavía en pie; Dieta, el droguero de calle Reyes Católicos; Angelito, el chaval aprendiz en Auto Recambios Segura, que tanto vendía detrás del mostrador como cogía su bicicleta para repartir piezas; Antonio el latero, que tenía una latería en la calle Segura y que aliviaba las cuitas de los vecinos componiendo baños y palanganas y soldando tuberías agujereadas; Alfonso, propietario de una espartería en la calle Reyes Católicos; Natalio y Pepe, dos encargado buena gente del Bar Luis en el paseo de Colón...

...En fin, gente normal y corriente que formaron parte de mi infancia y que a buen seguro tenían su contrapartida en el resto de barrios sevillanos; y usted querido lector, también recordará a los suyos. Al menos yo, espero haber avivado sus recuerdos con estos escritos.




Leer más...

Custom content